Archivo de la categoría: Poetas de América

los elegidos del sol

Éramos los elegidos del sol
y no nos dimos cuenta
fuimos los elegidos de la más alta estrella
y no supimos responder a su regalo
Angustia de impotencia
el agua nos amaba
las selvas eran nuestras
el éxtasis era nuestro espacio propio
tu mirada era el universo frente a frente
tu belleza era el sonido del amanecer
la primavera amada por los árboles
Ahora somos una tristeza contagiosa
una muerte antes de tiempo
el alma que no sabe en qué sitio se encuentra
el invierno en los huesos sin un relámpago
y todo esto por que tú no supiste lo que es la eternidad
ni comprendiste el alma de mi alma en su barco de tinieblas
en su trono de águila herida de infinito.

Vicente Huidobro


tengo..

Cuando me veo y toco,
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.

Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.

Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.

Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.

Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener.

Nicolás Guillén

 


volar

Ya escondí un amor con miedo de perderlo,
ya perdí un amor por esconderlo.
Ya estuve en manos de alguien por miedo, ya tuve tanto miedo al punto
de ni sentir mis manos.
Ya expulsé de mi vida a personas que amaba, ya me arrepentí por eso.
Ya pasé noches llorando hasta caer de sueño, ya me fui a dormir tan feliz
al punto de ni conseguir cerrar los ojos.
Ya creí en amores perfectos, ya descubrí que no existen.
Ya amé a personas que me decepcionaron, ya decepcioné a personas que me amaron.
Ya pasé horas frente al espejo intentando descubrir quien soy,
ya tuve tanta certeza de mí al punto de querer desaparecer.
Ya mentí y me arrepentí después, ya dije la verdad y también me arrepentí.
Ya fingí no dar importancia a las personas que amaba,
para mas tarde llorar silenciosa en mi canto.
Ya sonreí llorando lagrimas de tristeza, ya lloré de tanto reír
Ya creí en personas que no valían la pena, ya dejé de creer en las que realmente valían.
Ya tuve crisis de risa cuando no podía, ya quebré platos, copas y vasos de rabia.
Ya eché de menos a alguien pero nunca se lo dije.
Ya grité cuando debía callar, ya callé cuando debía gritar
Muchas veces dejé de decir lo que siento para agradar a unos,
otras veces dije lo que no pensaba para lastimar a otros.
Ya fingí ser lo que no soy para agradar a unos,
ya fingí ser lo que no soy para desagradar a otros.
Ya conté chistes y más chistes sin gracia solo para ver a un amigo feliz.
Ya inventé historias con final feliz para dar esperanza a quien lo necesitaba.
Ya soñé demasiado, al punto de confundir con la realidad
Ya tuve miedo de la obscuridad, hoy en la obscuridad
«me encuentro, me agacho, me quedo ahí»
Ya caí innumerables veces pensando que no me iba a levantar,
ya me levanté innumerables veces pensando que no caería más.
Ya llamé a quien no quería solo para no llamar a quien realmente quería.
Ya corrí tras un carro, porque se llevaba a quien yo amaba.
Ya llamé a mi madre en el miedo de la noche huyendo de una pesadilla,
mas ella no apareció y la pesadilla fué aún mayor.
Ya llamé «amigo» a personas cercanas y descubrí que no lo eran,
algunas personas nunca necesité llamarles nada
y siempre fueron y serán especiales para mí.
No me den formulas exactas, porque no espero acertar siempre.
No me muestren lo que esperan de mí, porque voy a seguir mi corazón.
No me hagan ser lo que no soy, no me inviten a ser igual,
porque sinceramente soy diferente.
No sé amar a medias, no sé vivir de mentiras, no sé volar con los pies en la tierra.
Soy siempre yo misma, mas ciertamente no seré la misma para siempre!
Gusto de los venenos más lentos, de las bebidas más amargas,
de las drogas más poderosas, de las ideas más locas,
de los pensamientos más complejos, de los sentimientos más fuertes
Tengo un apetito voraz y los delirios más locos.
Me puedes hasta empujar de un acantilado que yo voy a decir:
– ¿Y qué? ¡Amo  volar!

Clarice Lispector


amor…

Amor en esta hora de insomnio y de vergüenza
estás presente, te necesito,
te amo hasta quién sabe dónde,
más, mucho más del amor y de la vida,
te amo hasta la muerte,
de tal modo que en vez de decir te quiero
necesito decirte te muero,
me muero en ti, me muero.

Jaime Sabines


cuando pasen los años

Cuando pasen los años, cuando pasen
los años y el aire haya cavado un foso
entre tu alma y la mía; cuando pasen los años
y yo sólo sea un hombre que amó,
un ser que se detuvo un instante frente a tus labios,
un pobre hombre cansado de andar por los jardines,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde
estarás, oh hija de mis besos!

Nicanor Parra

pensamiento


mis gatos

ya sé. ya sé.
son limitados, tienen necesidades
y preocupaciones distintas.
pero los observo y aprendo de ellos.
me gusta lo poco que saben,
que es tantísimo.

se quejan pero nunca se
preocupan.
caminan con una dignidad sorprendente.
duermen con una simplicidad directa que
los seres humanos sencillamente
no podemos comprender.

sus ojos son más
hermosos que los nuestros.
y pueden dormir 20 horas
al día sin vacilar ni sentir
remordimientos.

cuando me siento
bajo de ánimos
me basta con
observar a mis gatos
y me vuelve la valentía.

estudio a estas
criaturas son mis maestros.

Charles Bukowski
.


balada del mal genio

Hay días en que siento una desgana
de mí, de ti, de todo lo que insiste en creerse
y me hallo sólidamente cretino

apto para que en mí vacilen los rencores
y nada me parezca un aceptable augurio.

Días en que abro el diario con el corazón en la boca
como si aguardara de veras que mi nombre
fuera a aparecer en los avisos fúnebres
seguido de la nómina de parientes y amigos
y de todo el indócil personal a mis órdenes.

Hay días que ni siquiera son obscuros
días en que pierdo el rastro de mi pena
y resuelvo las palabras cruzadas
con una rabia hecha para otra ocasión
digamos, por ejemplo, para noches de insomnio.

Días en que uno sabe que hace mucho era bueno
bah…tal vez no hace tanto que salía la luna
limpia como después de un jabón perfumado
y aquello si era auténtica melancolía
y no este malsano, dulce aburrimiento.

Bueno, esta balada es solo para avisarte
que en esos pocos días no me tomes en cuenta.

Mario Benedetti


Duelo

Jamás, hombres humanos,
hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera,
en el vaso, en la carnicería, en la arimética!

Jamás tanto cariño doloroso,
jamás tan cerca arremetió lo lejos,
jamás el fuego nunca
jugó mejor su rol de frío muerto!

Cesar Vallejo


miro tus pies

 
Cuando no puedo mirar tu cara
miro tus pies.
Tus pies de hueso arqueado,
tus pequeños pies duros.
Yo sé que te sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.
Tu cintura y tus pechos,
la duplicada púrpura de tus pezones,
la caja de tus ojos que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.
Pero no amo tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.

Pablo Neruda
Chile -1904 -1973

 
 
 
 

la pregunta

 
Amor, una pregunta te ha destrozado. 
Yo he regresado a ti desde la incertidumbre con espinas. 
Te quiero recta como la espada o el camino. 
Pero te empeñas en guardar un recodo
de sombra que no quiero. 
Amor mío, compréndeme,
te quiero toda, de ojos a pies, a uñas,
por dentro, toda la claridad, la que guardabas.
Soy yo, amor mío, quien golpea tu puerta.
No es el fantasma, no es el que antes se detuvo
en tu ventana. Yo echo la puerta abajo.
Yo entro en toda tu vida.vengo a vivir en tu alma:
tú no puedes conmigo.
Tienes que abrir puerta a puerta,
tienes que obedecerme, tienes que abrir los ojos
para que busque en ellos, tienes que ver cómo ando
con pasos pesados por todos los caminos
que, ciegos, me esperaban.
No me temas, soy tuyo,
pero no soy el pasajero ni el mendigo,
soy tu dueño, el que tú esperabas,
y ahora entro en tu vida, para no salir más,
amor, amor, amor,
para quedarme.
Pablo Neruda
Chile -1904 – 1973
 

augurio

 
Eres más hermosa que el relincho
de un potro en la montaña,
que la sirena de un barco
que deja escapar toda su alma,
que un faro en la neblina
buscando a quien salvar.

Eres más hermosa que la golondrina
atravesada por el viento.
Eres el ruido del mar en el verano,
eres el ruido de una calle populosa
llena de admiración.
Mi gloria está en tus ojos
vestida del lujo de tus ojos
y de su brillo interno.

Estoy sentado en el rincón
más sensible de tu mirada.
Bajo el silencio estático
de inmóviles pestañas
viene saliendo un augurio
del fondo de tus ojos
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948



el tiempo es alegría.

 
Escucha, aprende.
El tiempo se divide en dos ríos:
uno corre hacia atrás, devora
lo que vives,
el otro va contigo adelante
descubriendo tu vida.
En un solo minuto
se juntaron.
Es éste.
Esta es la hora,
la gota de un instante
que arrastrará el pasado.
Es el presente.
Está en tus manos.
Rápido, resbalando,
cae como cascada.
Pero eres dueño de él.
Constrúyelo
con amor, con firmeza,
con piedra y ala,
con rectitud sonora,
con cereales puros,
con el metal más claro
de tu pecho,
andando a mediodía, sin temer
a la verdad, al bien, a la justicia,
compañeros de canto,
el tiempo que transcurre
tendrá forma y sonido
de guitarra,
y cuando quieras
inclinarte al pasado,
el manantial del tiempo
transparente
revelará tu integridad cantando.
El tiempo es alegría.
                 
Pablo Neruda
Chile -1904 -1973
 
 

 


pensar a solas

 
Pensar a solas duele.
No hay nadie a quien golpear.
No hay nadie
a quien dejar piadosamente perdonado.
Está uno y su cara. Uno y su cara
de santón farsante.
Surge la cicatriz que nadie ha visto nunca,
el gesto que escondemos todo el día,
el perfil insepulto
que nos hará llorar y hundirnos
el día en que lo sepan todo las buenas gentes
y nos retiren el amor
y el saludo
hasta los pájaros.
 
Roque Dalton
El Salvador 1935 -1975
 

el mar

 
El mar es un olvido,
una canción, un labio;
El mar es un amante,
fiel respuesta al deseo.
Es como un ruiseñor,
y sus aguas son plumas,
impulsos que levantan
a las frías estrellas.
Sus caricias son sueño,
entreabren la muerte,
son lunas accesibles,
son la vida más alta.
Sobre espaldas oscuras
las olas van gozando.
 
Luis Cernuda
Mexico – 1902-1963
 
 
 
 

esperé un dios

 
Esperé un dios en mis días
para crear mi vida a su imagen,
mas el amor, como un agua,
arrastra afanes al paso.
Me he olvidado a mí mismo en sus ondas;
vacío el cuerpo, doy contra las luces;
vivo y no vivo, muerto y no muerto;
ni tierra ni cielo, ni cuerpo ni espíritu.
Soy eco de algo;
lo estrechan mis brazos siendo aire,
lo miran mis ojos siendo sombra,
lo besan mis labios siendo sueño.
He amado, ya no amo más;
he reído, tampoco río.

Luis Cernuda
México -1902-1963

 
 

 

olvidar un olvido

No quiero, triste espíritu, volver
por los lugares que cruzó mi llanto,
latir secreto entre los cuerpos vivos
como yo también fui.
No quiero recordar
un instante feliz entre tormentos;
goce o pena, es igual,
todo es triste al volver.
Aún va conmigo como una luz lejana
aquel destino niño,
aquellos dulces ojos juveniles,
aquella antigua herida.
No, no quisiera volver,
sino morir aún más,
arrancar una sombra,
olvidar un olvido.
Luis Cernuda
Mexico – 1902-1963

hipócrita sonrisa

 
Y llegas a casa
con tu traje blanco de verano
sacudes el sol de tus párpados contra los cristales
y apagas la sonrisa que hacía reír
a las gaviotas en el muelle

Y te pones tu gastado abrigo de invierno
y te sientas en la silla de la soledad
frente al espejo de tu destino
miras tu jovial osamenta
transparente de desencanto
y durante horas y horas
contemplas tu muerte desenmascarada

El espejo no sabe
de tu esqueleto helado
bajo el abrigo

Los cadáveres también se engañan a sí mismos
con la utopía de la vida

El espejo no sabe
de tus arrugas
profundas
en el pecho

Mientras
afuera
recuerdan tu sonrisa
tu hipócrita sonrisa de verano
las gaviotas en el muelle

Aldo González Vilches
Chile – 1975

 

te hablan de mí

 
Te hablan por mí las piedras aporreadas
Te hablan por mí las olas de pájaros sin cielo
Te habla por mí el rebaño de ovejas taciturnas
Dormido en tu memoria
te habla por mí el arroyo descubierto
La yerba sobreviviente atada a la aventura
Aventura de luz y sangre de horizonte
sin más abrigo que una flor que se apaga
Si hay un poco de viento
las llanuras se pierden bajo tu gracia frágil,
se pierde el mundo bajo tu andar invisible
Pues todo es artificio cuando tú te presentas
con tu luz peligrosa
Inocente armonía sin fatiga ni olvido
Elemento de lágrima que rueda hacia adentro
construido de miedo altivo y de silencio
Haces dudar al tiempo
y al cielo con instintos de infinito
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948


en medio del vacío

 
La misma luna herida
no tiene sino una ala

El corazón hizo su nido
en medio del vacío

Sin embargo
al borde del mundo

florecen las encinas
y la primavera viene
sobre las golondrinas
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948
 
 

farewell

 
Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste como yo, nos mira.
Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.
Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.
Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.
Yo no lo quiero, Amada.
Para que nada nos amarre
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron tus palabras.
Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.
Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
(Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.)
Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.
Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.
Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.
 
Pablo Neruda
Chile -1904- 1973
 
 

sobre la vida

 
El villorio
Un tren detenido sobre el llano

En cada charco
duermen estrellas sordas
Y el agua tiembla
cortinaje al viento

La noche cuelga en la arboleda

En el campanario florecido
una gotera viva
desangra las estrellas

De cuando en cuando
las horas maduras
caen sobre la vida.

 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948
 
 
 
 

esos ojos

 
Estás atada al ruiseñor de la noche
que tiene un ritual sagrado en la garganta
Qué me importan los signos de la noche
y la raíz y el eco funerario que tengan en mi pecho
Qué me importa el enigma luminoso
los emblemas que alumbran el azar
y esas islas que viajan por el caos sin destino a mis ojos
Qué me importa ese miedo de flor en el vacío
qué me importa el nombre de la nada
el nombre del desierto infinito
o de la voluntad o del azar que representan
Y si en ese desierto cada estrella es un deseo de oasis
o banderas de presagio y de muerte
Tengo una atmósfera propia en tu aliento
La fabulosa seguridad de tu mirada
con sus constelaciones íntimas
con su propio lenguaje de semilla
Tu frente luminosa como un anillo de Dios
más firme que toda la flora del cielo
sin torbellinos de universo que se encabrita
como un caballo a causa de su sombra en el aire
Te pregunto otra vez
¿irías a ser muda que Dios te dio esos ojos?
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948
 

de la vida sencilla

 

Llamar al pan y que aparezca
sobre el mantel el pan de cada día;
darle al sudor lo suyo y darle al sueño
y al breve paraíso y al infierno
y al cuerpo y al minuto lo que piden;
reír como el mar ríe, el viento ríe,
sin que la risa suene a vidrios rotos;

beber y en la embriaguez asir la vida,
bailar el baile sin perder el paso,
tocar la mano de un desconocido
en un día de piedra y agonía
y que esa mano tenga la firmeza
que no tuvo la mano del amigo;
probar la soledad sin que el vinagre
haga torcer mi boca, ni repita
mis muecas el espejo, ni el silencio
se erice con los dientes que rechinan:

estas cuatro paredes -papel, yeso,
alfombra rala y foco amarillento-
no son aún el prometido infierno;
que no me duela más aquel deseo,
helado por el miedo, llaga fría,
quemadura de labios no besados:
el agua clara nunca se detiene
y hay frutas que se caen de maduras;

saber partir el pan y repartirlo,
el pan de una verdad común a todos,
verdad de pan que a todos nos sustenta,
por cuya levadura soy un hombre,
un semejante entre mis semejantes;
pelear por la vida de los vivos,
dar la vida a los vivos, a la vida,
y enterrar a los muertos y olvidarlos
como la tierra los olvida: en frutos…
Y que a la hora de mi muerte logre
morir como los hombres y me alcance
el perdón y la vida perdurable
del polvo, de los frutos y del polvo.
 

Octavio Paz
México – 1914-1998
 
 

la misma estrella

 
Lejos de ti todo es mortal
Lanzas la agonía por la tierra humillada de noches
Sólo lo que piensa en ti tiene sabor a eternidad
He aquí tu estrella que pasa
con tu respiración de fatigas lejanas
con tus gestos y tu modo de andar
con el espacio magnetizado que te saluda
que nos separa con leguas de noche
Sin embargo te advierto que estamos cosidos
a la misma estrella
Estamos cosidos por la misma música tendida
de uno a otro
Por la misma sombra gigante agitada como árbol
Seamos ese pedazo de cielo
Ese trozo en que pasa la aventura misteriosa
La aventura del planeta que estalla en pétalos de sueño
En vano tratarías de evadirte de mi voz
y de saltar los muros de mis alabanzas
Estamos cosidos por la misma estrella
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948
 

detrás de ti

 
Detrás de ti la vida siente miedo
porque eres la profundidad de toda cosa
El mundo deviene majestuoso cuando pasas
Se oyen caer lágrimas del cielo
y borras en el alma adormecidal
la amargura de ser vivo
Se hace liviano el orbe en las espaldas
Mi alegría es oír el ruido del viento en tus cabellos
(reconozco ese ruido desde lejos)
Cuando las barcas zozobran
y el río arrastra troncos de árbol
eres una lámpara de carne en la tormenta
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-1948
 
 
 

después de todo

 
Después de todo -pero después de todo-
sólo se trata de acostarse juntos,
se trata de la carne,
de los cuerpos desnudos,
lámpara de la muerte en el mundo.

Gloria degollada, sobreviviente
del tiempo sordomudo,
mezquina paga de los que mueren juntos.

A la miseria del placer, eternidad,
condenaste la búsqueda, al injusto
fracaso encadenaste sed,
clavaste el corazón a un muro.

Se trata de mi cuerpo al que bendigo,
contra el que lucho,
el que ha de darme todo
en un silencio robusto
y el que se muere y mata a menudo.

Soledad, márcame con tu pie desnudo,
aprieta mi corazón como las uvas
y lléname la boca con su licor maduro.

 
Jaime Sabines
México -1926-1999
 
 

qué estrella ?

 
Mujer el mundo está amueblado por tus ojos
Se hace más alto el cielo en tu presencia
La tierra se prolonga de rosa en rosa
Y el aire se prolonga de paloma en paloma
Al irte dejas una estrella en tu sitio
Dejas caer tus luces como el barco que pasa
Mientras te sigue mi canto embrujado
Como una serpiente fiel y melancólica
Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro
Qué combate se libra en el espacio?
Esas lanzas de luz entre planetas
Reflejo de armaduras despiadadas
Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso?
En dónde estás triste noctámbula
Dadora de infinito
 
Vicente Huidobro
Chile -1893-
 

desnuda

 
Amo tu desnudez
porque desnuda me bebes con los poros,
como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo.

Tu desnudez derriba con su calor los límites,
me abre todas las puertas para que te adivine,
me toma de la mano como un niño perdido
que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas.

Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo
pasa a ser mi universo, el credo que me nutre;
la aromática lámpara que alzo estando ciego
cuando junto a las sombras los deseos me ladran.

Cuando te me desnudas con los ojos cerrados
cabes en una copa vecina de mi lengua,
cabes entre mis manos como el pan necesario,
cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra.

El día en que te mueras te enterraré desnuda
para que limpio sea tu reparto en la tierra,
para poder besarte la piel en los caminos,
trenzarte en cada río los cabellos dispersos.

El día en que te mueras te enterraré desnuda,
como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.

Roque Dalton
El Salvador 1935 -1975

 
 

la Creación

 
Hace mucho tiempo, todo era oscuro.
No se había creado ni la tierra, ni la luna, ni las estrellas.
De esta ondulada oscuridad
creció un nuevo espíritu, el creador.
El creador de la tierra, tomó el suelo de su pecho
y lo comenzó a aplanar en su mano, como una tortilla.
Le dió forma a este montículo;
de él, nació la primera planta, la gobernadora.
De sus ramas salió el primer animal,
un pequeño insecto escamado,
que producía su propia armadura
de la resina de la gobernadora.
El creador recogió esta laca.
Mientras que cantaba, la machacaba,
formando las montañas.
El espacio que frotaba sus cimas
se convirtió en el cielo…

Mito Pápago

 
 

una rosa blanca

 
Cultivo una rosa blanca
en Junio como en Enero,
para el amigo sincero,
que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo:
cultivo una rosa blanca.

Jose Martí
Cuba  -1853-1895

 

sòlo el amor

 
Que como crin hirsuta de espantado
caballo que en los troncos secos mira
garras y dientes de tremendo lobo,
mi destrozado verso se levanta…?
Sí, pero se levanta! a la manera
como cuando el puñal se hunde en el cuello
de la res, sube al cielo hilo de sangre:
sòlo el amor engendra melodías.
 
Jose Martí
Cuba  -1853-1895
 
 

y te busqué

 
Y te busqué por pueblos, 
y te busqué en las nubes, 
y para hallar tu alma
muchos lirios abrí, lirios azules.

Y los tristes llorando me dijeron:
oh, qué dolor tan vivo!
que tu alma ha mucho tiempo que vivía
en un lirio amarillo!?

Mas dime, cómo ha sido? 
yo mi alma en mi pecho no tenía?
Ayer te he conocido, 
y el alma que aquí tengo no es la mía.

 
Jose Martí

Cuba  -1853-1895
 
 

no es

 
No es nada de tu cuerpo
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca -tu boca
que es igual que tu sexo-,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada -qué es una mirada?-
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un grano, ni un momento.
Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

Jaime Sabines
México -1926-1999

 

olvidará

 
Transido, salomónico, decente,
ululaba; compuesto, caviloso, cadavérico, perjuro,
iba, tornaba, respondía; osaba,
fatídico, escarlata, irresistible.
En sociedad, en vidrio, en polvo, en hulla,
marchase; vaciló, en hablando en oro; fulguró,
volteó, en acatamiento;
en terciopelo, en llanto, replegóse.
Recordar? Insistir? Ir? Perdonar?
Ceñudo, acabaría
recostado, áspero, atónito, mural;
meditaba estamparse, confundirse, fenecer.
Inatacablemente, impunemente,
negramente, husmeará, comprenderá;
vestiráse oralmente;
inciertamente irá, acobardaráse, olvidará.
César Vallejo
Perú 1892‐1938
 
 
 
 

si tú murieras

 
Nada se compara a esa leyenda de semillas que deja tu presencia
A esa voz que busca un astro muerto que volver a la vida
Tu voz hace un imperio en el espacio
Y esa mano que se levanta en ti como si fuera a colgar soles en el aire
Y ese mirar que escribe mundos en el infinito
Y esa cabeza que se dobla para escuchar un murmullo en la eternidad
Y ese pie que es la fiesta de los caminos encadenados
Y esos párpados donde vienen a vararse las centellas del éter
Y ese beso que hincha la proa de tus labios
Y esa sonrisa como un estandarte al frente de tu vida
Y ese secreto que dirige las mareas de tu pecho
dormido a la sombra de tus senos
Si tú murieras
las estrellas a pesar de su lámpara encendida
perderían el camino
Qué sería del universo?

Vicente Huidobro
Chile -1893-1948

 
 

no soy piedra

 
Unos cuerpos son como flores,
otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego
a una piedra en un hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

 
Luis Cernuda
Mexico – 1902-1963
 
 

fue el rojo

No fue ni el amarillo
descendiendo en silencio,
sobre esos rostros perfumados de noche,
ni un azul decadente de neón
de cartelerías indescifrables a la distancia;

tampoco ese propio color
que trae el fresco,
gris o plata
penetrando entre las mesas,
dándonos un maquillaje
de tenue melancolía,
de sensación de lo venidero,
de lo que vendría y lo sentía
carraspear con el viento
poblando mis  manos
de probable escritura,
de inminente palabra
ni mucho menos fue el color opaco
o el sonido con color y opaco
de esas horas

fue el rojo,
fue sólo eso fue: el rojo
tonalidad de una prenda que enarbolabas
que encendía la noche y la invocaba
como si el invierno fuese
una palabra inútil, que con frío
pasase inmutable
mientras encendías un cigarrillo
y fumabas ajena
en aquellos días tuyos

Javier Baldessari
Paraguay
         

llueve de nuevo

 
Finaliza Septiembre. Es hora de decirte
lo difícil que ha sido no morir.

Por ejemplo, esta tarde
tengo en las manos grises
libros hermosos que no entiendo,
no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia
y me cae sin motivo el recuerdo
del primer perro a quien amé cuando niño.

Desde ayer que te fuiste
hay humedad y frío hasta en la música.

Cuando yo muera,
sólo recordarán mi júbilo matutino y palpable,
mi bandera sin derecho a cansarse,
la concreta verdad que repartí desde el fuego,
el puño que hice unánime
con el clamor de piedra que eligió la esperanza.

Hace frío sin ti. Cuando yo muera,
cuando yo muera
dirán con buenas intenciones
que no supe llorar.

Ahora llueve de nuevo.
Nunca ha sido tan tarde a las siete menos cuarto
como hoy.

Siento unas ganas locas de reír
o de matarme

 

Roque Dalton
El Salvador 1935 -1975
 
 
 
 


verde

 
La tinta verde crea jardines, selvas, prados,
follajes donde cantan las letras,
palabras que son árboles,
frases que son verdes constelaciones.

Deja que mis palabras, oh blanca,

desciendan y te cubran
como una lluvia de hojas a un campo de nieve,
como la yedra a la estatua,
como la tinta a esta página.
Brazos, cintura, cuello, senos,
la frente pura como el mar,
la nuca de bosque en otoño,
los dientes que muerden una brizna de yerba.

Tu cuerpo se constela de signos verdes
como el cuerpo del árbol de renuevos.
No te importe tanta pequeña cicatriz luminosa:
mira al cielo y su verde tatuaje de estrellas.

 
Octavio Paz
México – 1914-1998
 

pedimos el abrazo

 
Pedimos que nos amen,
nos dejen amar,
pedimos que nos hagan quedarnos solos
atados a los ángeles,
que no dejen testigos desde ahora
esperando la imagen
honda de nuestras lágrimas;
pedimos que no insistan
en herirnos el lugar de la ira,
pedimos que las esposas doren el blanco pan
y nos conviden a la mesa del júbilo,
que los muchachos y las muchachas
recuesten su frescura de musicales líquenes
sobre la llamarada que nos nació en las voces,
pedimos la sonrisa
desde nuestra lastimadura más presente
y el escudo fraterno desde el opaco miedo
que nos podría suceder;
pedimos el abrazo,
el ambulante nido para la desangrada palabra
que un día descubrimos
y que venimos ahora a repartir…
 
Roque Dalton 
El Salvador 1935 -1975
 
 
 
 

yo como tú

 
Yo, como tú,
amo el amor, la vida, el dulce encanto
de las cosas, el paisaje
celeste de los días de enero.

También mi sangre bulle
y río por los ojos
que han conocido el brote de las lágrimas.

Creo que el mundo es bello,
que la poesía es como el pan, de todos.

Y que mis venas no terminan en mí
sino en la sangre unánime
de los que luchan por la vida,
el amor,
las cosas,
el paisaje y el pan,
la poesía de todos.

 

Roque Dalton 
El Salvador 1935 -1975
 
 


nuestro

 
Sólo conozco de ti
la sonrisa gioconda
con labios separados
el misterio
mi terca obsesión
de desvelarlo
y avanzar porfiado
y sorprendido
tanteando tu pasado
Sólo conozco
la dulce leche de tus dientes
la leche plácida y burlona
que me separa
y para siempre
del paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro
 
Juan Carlos Onetti
Montevideo – 1909 -1994
 

cédula

 
No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre.
Tal vez fui nieve, mirto, villano, lluvia fina;
acaso un verde, trémulo, insecto del rocío.
 
No sé si alguna vez fui un cerezo silvestre,
pero a veces un ámbito de ramas en el viento,
cierta expresión de alturas debatiéndose. 
 
Acaso allí.
 
No digo que no fuera, ni digo que es posible:
estoy contando cosas que no tienen remedio. 
Félix Pita Rodríguez
Cuba 1909 -1990
 
 

 
 
De pronto, tú, el relámpago,
abierto, florecido, restallante
arriba, abajo, encima ¿dónde?
hiendes la oscuridad,
y adentro:
llueves.

Abigael Bohórquez
México 1936-1995

 
 


sitio de amor

 
Sitio de amor, lugar en que he vivido
de lejos, tú, ignorada,
amada que he callado, mirada que no he visto,
mentira que me dije y no he creído:
en esta hora en que los dos, sin ambos,
a llanto y odio y muerte nos quisimos,
estoy, no sé si estoy, si yo estuviera!,
queriéndote, llorándome, perdido.
(Esta es la última vez que yo te quiero.
En serio te lo digo.)
 
Jaime Sabines

México -1926-1999

 
 

como un sueño frío de otoño

 
 
En la noche del corazón
la gota de tu nombre lento
en silencio circula y cae
y rompe y desarrolla su agua.

Algo quiere su leve daño
y su estima infinita y corta,
como el paso de un ser perdido
de pronto oído.

De pronto, de pronto escuchado
y repartido en el corazón
con triste insistencia y aumento
como un sueño frío de otoño.

La espesa rueda de la tierra
su llanta húmeda de olvido
hace rodar, cortando el tiempo
en mitades inaccesibles.

Sus copas duras cubren tu alma
derramada en la tierra fría
con sus pobres chispas azules
volando en la voz de la lluvia.

 
 
Pablo Neruda
Chile -1904- 1973 
 

sólo queda tu sombra

Sólo en sueños,
sólo en el otro mundo del sueño te consigo,
a ciertas horas, cuando cierro puertas
detrás de mí.
Con qué desprecio he visto a los que sueñan,
y ahora estoy preso en su sortilegio,
atrapado en su red!
Con qué morboso deleite te introduzco
en la casa abandonada, y te amo mil veces
de la misma manera distinta!
Esos sitios que tú y yo conocemos
nos esperan todas las noches
como una vieja cama
y hay cosas en lo oscuro que nos sonríen.
Me gusta decirte lo de siempre
y mis manos adoran tu pelo
y te estrecho, poco a poco, hasta mi sangre.
Pequeña y dulce, te abrazas a mi abrazo,
y con mi mano en tu boca, te busco y te busco.
A veces lo recuerdo. A veces
sólo el cuerpo cansado me lo dice.
Al duro amanecer estás desvaneciéndote
y entre mis brazos sólo queda tu sombra.
 

Jaime Sabines

México -1926-1999

 
 

palabras penitenciales

 
No sé. Lo ignoro.
Desconozco todo el tiempo que anduve
sin encontrarla nuevamente.
Tal vez un siglo? Acaso.
Acaso un poco menos: noventa y nueve años.
O un mes? Pudiera ser. En cualquier forma,
un tiempo enorme, enorme, enorme.

Al fin, como una rosa súbita,
repentina campánula temblando,
la noticia.
Saber de pronto
que iba a verla otra vez, que la tendría
cerca, tangible, real, como en los sueños.
Qué explosión contenida!
Qué trueno sordo
rodándome en las venas,
estallando allá arriba
bajo mi sangre, en una
nocturna tempestad!
Y el hallazgo, en seguida? Y la manera
de saludarnos, de manera
que nadie comprendiera
que ésa es nuestra propia manera?
Un roce apenas, un contacto eléctrico,
un apretón conspirativo, una mirada,
un palpitar del corazón
gritando, aullando con silenciosa voz.

Después
(ya lo sabéis desde los quince años)
ese aletear de las palabras presas,
palabras de ojos bajos,
penitenciales,
entre testigos enemigos.
Todavía
un amor de «lo amo»,
de «usted», de «bien quisiera,
pero es imposible»… De «no podemos,
no, piénselo usted mejor»…
Es un amor así,
es un amor de abismo en primavera,
cortés, cordial, feliz, fatal.
La despedida, luego,
genérica,
en el turbión de los amigos.
Verla partir y amarla como nunca;
seguirla con los ojos,
y ya sin ojos seguir viéndola lejos,
allá lejos, y aun seguirla
más lejos todavía,
hecha de noche,
de mordedura, beso, insomnio,
veneno, éxtasis, convulsión,
suspiro, sangre, muerte…
Hecha
de esa sustancia conocida
con que amasamos una estrella.

 
Nicolás Guillén
Cuba -1902-1989
 
 

somos nosotros mismos

 
No es el amor quien muere,
somos nosotros mismos.

Inocencia primera
abolida en deseo,
olvido de sí mismo en otro olvido,
ramas entrelazadas,
Porqué vivir si desaparecéis un día?

Sólo vive quien mira
siempre ante sí los ojos de su aurora,
sólo vive quien besa
aquél cuerpo de ángel que el amor levantara.

Fantasmas de la pena
a los lejos, los otros,
los que ese amor perdieron,
como un recuerdo en sueños,
recorriendo las tumbas
otro vacío estrechan.

Por allá van y gimen,
muertos en pie, vidas tras de la piedra,
golpeando impotencia,
arañando la sombra
con inútil ternura.

No, no es el amor quien muere.

 
Luis Cernuda
Mexico – 1902-1963
 
 

mucho más grave

Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo
eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabes tan objetivamente como yo.
Sin embargo hay algo que quisiera aclararte,
Cuando digo todas las parcelas,
no me refiero sólo a esto de ahora,
a esto de esperarte y aleluya encontrarte.
Y carajo perderte.
Y volverte a encontrar, 
y ojalá nada más.

No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar
Y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llorá.
Y que un lindo aguacero invisible nos ampare
Y quizás por eso salga enseguida el sol.
Ni me refiero sólo a que dia tras dia,
aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades,
o que yo pueda creerme que puedo convertir mis reveses en victorias,
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperacion.

No.
La cosa es muchísimo mas grave.
Cuando digo todas las parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo,
también estás reescribiendo mi infancia.
Esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran,
y vos en cambio sabés que eso no sirve.

Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia,
ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos,
y vos sabés en cambio extraer de ese páramo,
mi gérmen de alegria y regarlo mirándolo.
Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud,
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos,
esa sombra que nadie arrimó a su sombra,
y vos en cambio sabés estremecerla
hasta que empiecen a caer las hojas secas,
y quede la armazón de mi verdad sin proezas.
Quiero decir que estás abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia,
este extraño confín de angustia y nieve,
esta bujía que ilumina la muerte,
este precipicio de la pobre vida.
Como ves es más grave,
muchísimo más grave,
Porque con estas o con otras palabras,
quiero decir que no sos tan sólo
la querida muchacha que sos,
sino tambien las espléndidas o cutelosas mujeres
que quise o quiero.

Por que gracias a vos he descubierto,
(dirás que ya era hora y con razón),
que el amor es una bahia linda y generosa,
que se ilumina y se oscurece,
según venga la vida

Una bahia donde los barcos llegan y se van,
llegan con pájaros y augurios,
y se van con sirenas y nubarrones.
Una bahia linda y generosa,
donde los barcos llegan y se van
Pero vos,
por favor,
no te vayas.

Mario Benedetti
Uruguay 1920-2009