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los dientes de la rabia

La ciudad que se va sobre tus ojos tristes
y aquél dolor, aquél, que no me ha abandonado,
y la perplejidad al comprender que acaso
la recompensa sea recibir la factura
por los amores que habremos cometido.
Y el altísimo precio
por las veces aquellas en que no pudimos,
que simplemente no pudimos más.
Bs. As. esta lleno de animales
adictos al dolor ajeno, al aullido, al terror.
Y todos fuimos cómplices de ese crimen sin rostros.
Los dientes de la rabia han dejando su rastro
en nuestro bienaventurado candor.
En nuestras ganas de amar, de amarnos.
En la mirada limpia que tenias.
Y crecimos así, sin vos ni yo.
Sobrevivientes, casi agonizantes.
Vos y yo tan lejos y tan cerca.
Tan sueltos y tan presos.
Tan ilesos y tan
irremisiblemente heridos


la duda

Pasó la duda
aquella eterna maga.
peregrina de las mentes
sin fe
y fecundó mi soledad
con su sórdida mugre.
Bastó el susurro
de su ondulante velo
para que yo sintiera
que ninguna certeza
soplaba suavemente
sobre esa negra bruma.
Ninguna mano tuya acariciaba
mi miedo enamorado.
Y sin el amor
que brilla
como una lámpara,
mi pobre corazón
estaba en sombras


y va a llegar otro invierno

Y va a llegar otro invierno
y luego otra primavera
y el olor de la salvia
no dejará de traerme
los colibríes
y la ausencia.
Y empezará otro día
entre tinieblas
incipientemente doradas
por un sol casi afónico,
y ni tu voz
ni tu olor
ni tu tibieza
ni tu paisaje feroz
de niño alado.
Mi alma sonríe a las maravillas
pero mi corazón te llora


poema n° 7

Poema N° 7

Me he enamorado sucesivamente
de un velero blanco
de un vidrio azul
de una pantera negra.
Me pregunto qué serás mañana.

Dalia S. de Acero
Argentina- 1926


llueve en primavera

Te extraño amor.
La lluvia y la primavera
son una mezcla fatal.
El aroma de la glicina,
(nuestra glicina),
se cuela en el olor de la glicina

de la casa de enfrente.

La lluvia trae también
tardes de colibríes mojándose
por las flores de la salvia,

tan morada y fragante.

El ruido de las chapas.
El verde del jardín,

furioso de gusto.

Me pregunto si estará en pie
el abuelo limonero
o habrá entendido acaso,
como yo ahora,
que ya no volveríamos más.

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requiem

Quién puede ignorar
su lucha
Y quién podría negar
su fuerza.

Quién no admiró su Espíritu;
su incisiva, alocada,
tremendamente divertida!
forma de Ser.

Si perfecto es nacer
asi de perfecto y sagrado
es el momento de su muerte.
Grande, como fue grande
su vida.

Quién osaría entonces
decir: qué lástima
o llorar por ella?

Lloremos por nosotros
hermanos,
porque ya no tendremos más
su Luz.
(para vos Tula )


todo se está mojando…

Inmensa la luna se queja
la noche se descuelga
La mente es una gotera
por donde se filtra la vida
de contramano,
gota a gota.

El aire delira. Mis sueños
son pajareras de fantasmas,
sábanas de lujuria,
vientos de arrepentimientos;
alumbre y lumbre,
alcohol y soja.

La inmensidad destella
sus dientes de frío
y mi mejor amigo
todavía no me abraza.

Dios está olvidado
como perdido
por algún recoveco
de mis agallas
mojadas de lágrimas,
medio podrido por el sol
que todavía no asoma.

El agua, con su mejor sonido
me atornilla la atención.
Y hace calor aquí
débil y estéril.

Un calor de feria de vulgaridades,
de metas que solo se nombran,
de disfraces con lentejuelas
y antifaces transparentes.

Llueve y no es como antes:
todo se está mojando
y nadie le pertenece a nadie.

 


 

tu boca

 
Tu boca era mi devoción;
ahora blasfema rezo a rezo
la religión de sernos ajenos.
 
Las palabras eran templos
que habitabamos con inconciente fervor
hasta que fatalmente profanamos algunas,
las más irremplazables;
a ellas nunca podremos volver.
 
Cuando los signos del amar
se han convertido en los del desamor
es que se ha hecho ya un gran daño.
Imposible rescatar aquellas voces
envilecidas por el error.
 
Ya nada será igual.
Le dijimos amor,
a cualquier cosa
 


navegar é preciso

Ud. amor, es una de las líneas
con las que me ato al mundo
Que otra cosa es vivir que anclarse a veces
y a veces navegar?

 


llueve…

Llueve otra vez
sobre este lunes mío
tan sin vos y tan tuyo.
Un árbol me agradece
esta sonrisa triste
que le dejo dormida.
Mas allá de la búsqueda
encontrarte
me ilumina la flor
de la mirada
con una brisa de fulgores.
Mas allá de mi misma
nosotros me descubre
reventando el aliento,
venciendo limites,
acompasando latidos:
yoyvos, yoyvos, yoyvos…

 


abismo

Puedo sentir tu abismo que reclama
alguna claridad
Y tus ojos, ¿0 mis ojos?
tristes, tristes…
Puedo verme de nuevo,
como una sombra que te toca
como una maldición.
Y es este sol
que sale para otros,
lo que me desespera.
El agua se va a llevar mis besos
y es peor
Y para siempre
tu hambre me perseguirá
a pesar de la risa.
Sin la alegría entonces…
¿a que puerto
nos llevará este viento?

 

 

 

 

un día es otro día

Esperarte
me satura de luces
hasta un destello
de láser implacable
que te toca la frente
y te ilumina todo
como una mano blanca.Y en el ir y venir
de nuestras voces
necesito decirte
que te quiero.
Necesito mirarte
como si fueras todos…

Es sólo este segundo
lo que vale la espera.
Desabrochar tu boca
de todos tus silencios,
perdonarte por mí.
(tu inocencia es ahora
lo único que importa).

Un día es otro día
y tal vez sea nunca…
Y es demasiado tarde ya
y es demasiado pronto…

 


otoño

Camino y el camino
cruje lentamente
gastando voces
bajo mis pasos apagados.
Respiro y me detengo:
huele a cansancio este sol
que se esparce
en amarillos tardíos.
Rojo, cobre, caoba
las luces de la tarde.
Musgo, humedad, resina
bajo los pinos tristes,
debajo de las hojas.
La sombra se apodera de todo
y me devuelve
la silueta de un mundo
de espectros vacíos.
La luz está cediendo
en estertores cálidos
con espasmos y vahos y perfumes.
Silencio. Por un momento nada
ni siquiera la brisa.
Se ha quedado dormido el horizonte
y alguien le tiende un celaje
de bruma oscura.

 

 

 

 


este amor

No me quiero quedar en tu recuerdo
en ayer, repetido entre las sombras.
Me nombra hasta lo largo de tu paso
tu mirada febril, tus sueños lentos.
Estás, estoy, todavía en el hueco
de la mano que amasa nuestra historiaEste amor te lo doy
porque lo tengo.

 


espectro

 

La fuerza de la noche , ciega
busca calor , ávida.
Esta hora es la hora
en que habitan el aire
los espíritus quietos.Los momentos se estancan
y se estiran y pesan.
Gotas de pensamientos
sin vida.

Algún beso que no fue,
descarnado del aire
de la boca que dijo amor.

Ese mismo amor espectro,
en otro tiempo
sangre y vidrio caliente
otro tiempo y mi piel
ardiendo de deseo.

Ese mismo que ronda
hoy noche. Hoy, ahora.

Te miro sombra
y estoy viva.
Y no quiero más
de esas palabras
nombrando
lo que nunca jamás
será vivido, tristes cáscaras.

Quiero…vida… !

 

 

 


in memoriam


Su Intento enorme
trascendió siempre ese cuerpo
Y fué muchas hasta que fué una.
El encanto, el amor, no se evaporan…

 

Diabla vive !